martes, 18 de mayo de 2010
Hay que expresarse de todos los modos posibles. ¡Queremos negociación ya!
por José O. Sotero Esteva
La Junta de Síndicos (JS), el Presidente y la Rectora del Recinto de Río Piedras de la UPR anunciaron el viernes pasado que el Recinto de Río Piedras estaría cerrado hasta el 31 de julio. El objetivo evidente fue el proyectar un ejercicio de fuerza e intimidar a los estudiantes del resto del sistema. Son muchas y muchos los que ya han sido admitidos a trabajos de posgrado, tienen ofertas de trabajo, van a internados de verano u otros compromisos. Otras y otros contaban con tomar cursos de verano. Todos interpretamos de ese anuncio que para los estudiantes de Río Piedras la esperanza estaba perdida y la de los demás seriamente amenazada.
El hecho es que nada de eso es cierto. Ni siquiera para Río Piedras. Lo que realmente sucedió fue distinto a lo anunciado. Hay sutilezas importantes que no se han divulgado.
La JS no cerró a Río Piedras hasta agosto. La JS autorizó a la Rectora a mantener cerrado el campus hasta agosto. La sutileza aquí es importante. Según el Reglamento General de la UPR una prohibición como la impuesta en Río Piedras “no podrá extenderse por más de treinta (30) días, a menos que la Junta de Síndicos autorice extender la misma por un periodo mayor” (RGUPR, 32.4.10). Lo único que hizo la JS fue ejercer esta opción de autorizar un periodo mayor a los 30 días. El decreto limita la entrada por un término que no pase del 31 de julio, no cerró el campus hasta ese día.
Nada impide a la Junta de Síndicos, al Presidente o a la Rectora llegar mañana a un acuerdo con el Comité Negociador Nacional y reabrir aquel recinto, y de paso al resto del sistema. Y si eso sucediera todavía es perfectamente posible hasta tener una sesión de verano. Lo único que impide esto ahora mismo es la intransigencia del Presidente que pone excusas ridículas para no sentarse a negociar.
La presión del estudiantado apoyado por el resto de la comunidad universitaria es cada vez mas efectiva. El mismo gobernador que hace tres semanas hablaba en su discurso a la legislatura de estar listo para reprimir hoy está llamando al diálogo.
La mejor opción para todo aquel que ansía que la huelga termine pronto es solidarizarse aún mas con el movimiento estudiantil. Esa solidaridad puede ir desde integrarse a la lucha en los campamentos hasta escribir mensajes en las redes sociales expresando su deseo de que se retome la negociación. Los estudiantes están listos. Mañana se presentarán a la entrada del Jardín Botánico listos para negociar. Estamos a las puertas de la primera victoria del movimiento estudiantil en muchos años y del primer golpe contundente a la Ley 7. Hay que expresarse de todos los modos posibles. ¡Queremos negociación ya!
La Junta de Síndicos (JS), el Presidente y la Rectora del Recinto de Río Piedras de la UPR anunciaron el viernes pasado que el Recinto de Río Piedras estaría cerrado hasta el 31 de julio. El objetivo evidente fue el proyectar un ejercicio de fuerza e intimidar a los estudiantes del resto del sistema. Son muchas y muchos los que ya han sido admitidos a trabajos de posgrado, tienen ofertas de trabajo, van a internados de verano u otros compromisos. Otras y otros contaban con tomar cursos de verano. Todos interpretamos de ese anuncio que para los estudiantes de Río Piedras la esperanza estaba perdida y la de los demás seriamente amenazada.
El hecho es que nada de eso es cierto. Ni siquiera para Río Piedras. Lo que realmente sucedió fue distinto a lo anunciado. Hay sutilezas importantes que no se han divulgado.
La JS no cerró a Río Piedras hasta agosto. La JS autorizó a la Rectora a mantener cerrado el campus hasta agosto. La sutileza aquí es importante. Según el Reglamento General de la UPR una prohibición como la impuesta en Río Piedras “no podrá extenderse por más de treinta (30) días, a menos que la Junta de Síndicos autorice extender la misma por un periodo mayor” (RGUPR, 32.4.10). Lo único que hizo la JS fue ejercer esta opción de autorizar un periodo mayor a los 30 días. El decreto limita la entrada por un término que no pase del 31 de julio, no cerró el campus hasta ese día.
Nada impide a la Junta de Síndicos, al Presidente o a la Rectora llegar mañana a un acuerdo con el Comité Negociador Nacional y reabrir aquel recinto, y de paso al resto del sistema. Y si eso sucediera todavía es perfectamente posible hasta tener una sesión de verano. Lo único que impide esto ahora mismo es la intransigencia del Presidente que pone excusas ridículas para no sentarse a negociar.
La presión del estudiantado apoyado por el resto de la comunidad universitaria es cada vez mas efectiva. El mismo gobernador que hace tres semanas hablaba en su discurso a la legislatura de estar listo para reprimir hoy está llamando al diálogo.
La mejor opción para todo aquel que ansía que la huelga termine pronto es solidarizarse aún mas con el movimiento estudiantil. Esa solidaridad puede ir desde integrarse a la lucha en los campamentos hasta escribir mensajes en las redes sociales expresando su deseo de que se retome la negociación. Los estudiantes están listos. Mañana se presentarán a la entrada del Jardín Botánico listos para negociar. Estamos a las puertas de la primera victoria del movimiento estudiantil en muchos años y del primer golpe contundente a la Ley 7. Hay que expresarse de todos los modos posibles. ¡Queremos negociación ya!
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